Primeros pensamientos melódicos de Love Me Do de los Beatles. Ajustes y correcciones previas al lanzamiento que posteriormente se publicó con éxito. Primeriza en listas musicales, percepciones de la gente y publicación de una canción consiguiente. Nadie sabe el futuro del éxito musical. Trabajo duro en cada acorde de sol de guitarra, tratando de dejar de lado el acorde de si para no tener complicaciones a la hora de hacer una performance de las canciones en vivo; que después se utiliza igual por necesidad lógica.
Los productores pasan y el sentimiento en el estudio cambia. La fórmula del éxito musical es incierta pero se va teniendo una idea más clara y la rutina suele ser la misma: composición, producción, lanzamiento, promoción, gira. Aunque pueden surgir invenciones en una nueva partitura. De un piano a una flauta, de cantar country a cantar ópera, se puede innovar en un camino que en mi cabeza ya estaba predilecto y sellado. El brillo de un nuevo instrumento no quita las manchas del tiempo del anterior. Mis manos no aprendieron a moverse solas, aprendí a guiarlas.
El personal ajeno a la música enfocados en otras áreas del equipo dan sus puntos de vista y recomendaciones unipersonales, que elijo con miedo acceder o ignorar escribiendo “la, la, la” al final. Termino en un fa de piano pianísimo, queriendo cantar el final dos octavas más arriba de lo esperado.
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