"Hoy no es siempre" - Cuento en base al secreto y un narrador como personaje lateral

  Jazmín es una hermosa mujer de 30 años recién cumplidos. Su historia puede ser un poco inquietante, un poco desgarradora, que me hace pensar en el valor de mí vida.

 Desde muy joven Jazmín era muy activa, no se quedaba quieta ni por un segundo y fue algo que a mis padres realmente alborotaba, por lo que decidieron llevarla a que pruebe deportes para quemar su energía. Intentaron con tenis, fútbol, vóley, hockey y ninguno era lo suficiente atractivo para la pequeña pulga. Se rehusaba a ir y no había ser en la tierra que la convenza de lo contrario.

 No fue hasta mitad de año que hubo una muestra de gimnasia artística por parte del grupo de los gimnastas del colegio secundario y Jazmín quedó sumamente maravillada. Los brillos de la malla hicieron que de sus ojos salten destellos, las vueltas en el aire creaban un pensamiento de ensueño al no poder creer que un ser humano como ella fuera capaz de realizar algo tan complejo de manera perfecta. Ese día corrió hasta casa y le interrumpió la charla que mamá estaba teniendo con su amiga sobre la política actual, para que le compre uno de esos “trajes brillosos” y la apunte en clases de lo que sea que acabase de ver. Luego que mi mamá entendió a lo que se estaba refiriendo, aceptó igualando su entusiasmo. Fue ahí donde comenzó todo.

 Después de cada clase, Jazmín volvía y mostraba sus nuevas habilidades adquiridas, lo impresionante es que cada bendita clase tenía algo nuevo y en mi opinión complejo de realizar. Así fueron pasando los años y las competencias. La pared que le correspondía de su pieza era un mural de medallas doradas y yo no podía estar más orgullosa de lo que se había convertido. El descubrimiento de algo fantástico con un giro inesperado.

 Me gustaría poder decirle que no a su pregunta si debería ir a la competencia de hoy. Era mi cumpleaños, pero como buena hermana y persona que no poseía una bola de cristal, la animé a que no se pierda su competencia que por lo que me había comentado era una semifinal de algún torneo importante.  Aunque pasaron muchos años y soy consciente que no fue culpa mía, no me lo perdono. Por lo que me dijeron y he escuchado, Jazmín estaba en la viga y lo que pareció solo una mala caída por poca suerte fuera del aparato, terminó en una parálisis de ambas piernas.

 Ese día fuimos al hospital tan rápido como pudimos y la acompañé en cada momento. Con mis padres quedamos devastados. Ella cada día desde la tragedia me dice “Hoy no es siempre”, con una sonrisa y esperanza de que un día se despierte diferente.

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